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Los elegidos se pertrecharon oportunamente y tomaron sus trompetas de guerra. A los restantes israelitas, Gedeón los mandó a su casa y se quedó sólo con los trescientos hombres.

Madián había acampado abajo, en el valle. Aquella noche el Señor dijo a Gedeón:

— ¡Ánimo!, baja al campamento, porque lo he puesto en tus manos. 10 Pero, si te da miedo bajar solo al campamento, que te acompañe tu criado Purá,

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